Si en vez de escribir un comentario estuviera declarando
bajo juramento ante un tribunal, debería admitir de entrada que me comprenden
las generales de la ley, pues me propongo hablar de uno de mis mejores amigos.
No obstante, no voy a hablar de él como amigo sino como periodista.
En mi opinión, Mauricio Llaver es uno de los mejores
periodistas no solo de Mendoza sino de la Argentina. Lo conocí hace 17 años,
cuando fue designado jefe de redacción de la edición regional para Cuyo de la
revista Mercado y me tocó supervisar ese producto desde la redacción central.
Luego fue, sucesivamente, jefe de Economía y de Internacionales, columnista
dominical y prosecretario general del diario Los Andes, director periodístico
de la revista de negocios Punto a Punto Mendoza y, últimamente, también
columnista del diario digital MDZ Online, además de creador y coconductor del
inigualable programa de radio In Vino
Veritas.
Conozco muy pocos colegas con una formación como la de
Mauricio. Licenciado en Comunicación Social, también cursó estudios de Enología
y un posgrado en Relaciones Internacionales. Pero más que eso, es un viajero
incansable y un lector de una voracidad singular y sobre los temas más variados.
Me consta su erudición en asuntos tan diversos como la política, la economía,
los negocios, la historia mundial, la literatura, el vino, The Beatles y Luis
Alberto Spinetta, entre muchos otros.
Su inquietud lo llevó en 2002 a ganar una beca del International
Center for Journalists (ICFJ) y la American Society of Newspaper Editors (ASNE)
para realizar un programa para editores de periódicos en Estados Unidos. Le
tocó su pasantía en el diario The Sun Sentinel, de Fort Lauderdale, y debe de
haber causado buena impresión, porque a los pocos meses, cuando la empresa
editora de ese medio resolvió publicar un semanario en español ‒El Sentinel‒,
lo contrató como columnista.
Desde entonces, primero limitado a los asuntos de Sudamérica
y luego con tema libre, Mauricio ha elaborado cada semana una historia distinta
y suficientemente atractiva en apenas 630 palabras (unos 4.000 caracteres). Y
sin sobreentendidos, porque escribe para un público distante y, en muchos
casos, desconocedor de las cuestiones comentadas.
Aun cuando no necesariamente el lector coincida con sus
enfoques y sus opiniones, cada una de esas columnas es una verdadera ventana al
conocimiento. Y si es cierto aquello de que “lo bueno, si breve, dos veces
bueno”, entonces sus notas son dos veces buenas. Por ellas han desfilado Vargas
Llosa, la poeta polaca ‒y también Nobel‒ Wislawa Szymborska, Heródoto,
Kapuscinski, Dom Perignon, Mick Jagger, Keith Richards, obviamente The Beatles,
Mandela, Messi, Maradona, Compay Segundo, Maquiavelo, Saramago, Eco, Alfonsín,
el papa Francisco, Evo Morales, Pepe Mujica, Rafael Correa, Cicerón, Fidel
Castro, Depardieu y un singular recuerdo cercano de la tragedia de Chernobyl,
entre muchísimos otros temas y protagonistas.
Hace un par de meses, Mauricio tuvo la gentileza de
recopilar cerca de 140 de esas notas en un libro, Columnas de El Sentinel. Lo leí prácticamente de un tirón. Tal vez
no sea demasiado fácil conseguirlo (en Buenos Aires, solo en Dunken, Ayacucho
entre Corrientes y Sarmiento; en Mendoza está en varias librerías). A cambio,
pueden leerse gratis varias de esas notas, y otras no incluidas en el libro, en
el sitio web de El Sentinel: http://www.sun-sentinel.com/soflanews-mauricio-llaver-20130507-staff.html.
Juro que vale la pena y que no lo digo porque sea mi amigo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario